Durante nuestra carrera profesional, los miembros de SIS hemos tenido la oportunidad de trabajar como intérpretes en televisión en múltiples ocasiones. Y no, cuando decimos intérpretes no nos referimos a participar como actores o actrices, sino a realizar nuestra labor habitual, sólo que en directo para miles de espectadores. Por supuesto, si la polisemia del término intérprete ya causa confusiones de normal (cuántas veces me habrán preguntado que en qué obra de teatro salgo), en el momento en el que aparece la televisión de por medio todo va a más.

Por cierto, y para evitar confusiones, cuando un intérprete trabaja en la tele no está doblando, como también me han dicho en otra ocasión. El trabajo de un traductor para doblaje no tiene absolutamente nada que ver con una simultánea en directo en televisión.

Al trabajar como intérprete en televisión, hay que tener en cuenta dos factores que aumentan el ya de por sí habitual estrés de cabina. Por una parte, el décalage (lapso de tiempo entre el discurso el orador y la traducción del intérprete) es mucho menor que el normal en un congreso por la presión temporal y las limitaciones del directo. Por otra parte, si bien en una conferencia normalmente el público está compuesto por unas decenas o centenares de personas, y en raras ocasiones supera el millar, en el momento en el que enciendes el micrófono en televisión sabes que miles, cientos de miles o incluso millones de personas (en momentos de rabiosa actualidad) escucharán tu trabajo, hecho que supone una presión adicional. Y como no podía ser de otra manera, a los pocos minutos empezamos a recibir whatsapps de familiares y amigos que quieren cerciorarse de que, efectivamente, la voz que acaban de escuchar en televisión es la tuya.

Cierto es también que, tras la primera experiencia en directo y los consabidos nervios, interpretar en televisión tiene una ventaja: estás en un ambiente tranquilo sin tener contacto directo con el público. Para algunos, como es mi caso, acaba siendo parecido a ejercitarse solo en casa cuando estás añadiendo una lengua nueva a la combinación.

En cualquier caso, a pesar de sus peculiaridades, la interpretación en televisión no es tan diferente de lo que hacemos habitualmente en cualquier cabina, aunque con bastante más repercusión mediática.